¿LOS RICOS TAMBIEN LLORAN?

Por , 26 mayo 2009 22:35

veronica

Hace unos años una telenovela apareció en las pantallas de Televisión Española e inauguró en este nuestro pais un género que después ha sido muchas veces ensayado, tan admirado por unos como denostado por otros: la telenovela latinoamericana.  Se trataba de «Los Ricos También Lloran«.  En ella, a lo largo de muchísimos capítulos se narraban las peripecias tragicómicas de Mariana, una especie de Cenicienta mejicana, en pos del amor de Luis Alberto, en el papel de príncipe azul.  La serie, emitida a principios de los años 80 removió las vidas de todas las marujas españolas y no había un rincón donde no se estableciera tertulia sobre el capítulo anterior o pronóstico sobre lo que ocurriría en los siguientes.  Yo, por aquella época bastante inocente (la edad), veía aquella escenografía, ese vestuario, esos peinados…todo tan cutre; que no entendía el gusto de la gente por ella y, desde luego, lo que menos entendía era que aquella muchacha tan mona estuviera enamorada de ese ¿galán? que, para colmo. casi todo el tiempo pasaba de ella, y que iba por ahí con esa pinta mezcla entre Manolo Escobar y Luis Aragonés.  Con todo, el título de la serie, «Los Ricos También Lloran», (ya saben,»Mariana» para los amigos) dio lugar también a parodias y chascarrillos (…»Los Ricos También Lloran…de risa» y otras menos afortunadas).

El otro día, echando los restos de un almuezo con mis padres al cubo de la basura descubrí allí un trozo de plástico y le eché la bronca a mi madre por no meterlos, descuidadamente, en el cubo del reciclado.  Yo, que desde que ví un día a una anciana tirando sus botellas de cristal, con sus manos temblorosas, a uno de esos buzones verdes (que otro en su lugar, hubiese dicho ¡pa lo que me queda en el convento…!), me he volví un jarrai de la lucha prorreciclado, salté ante esa afrenta.  Entonces mi padre empezó a quejarse amargamente de que sus vecinos no reciclan, que está cansado de seleccionar, acumular y verter en su correspondiente contenedor, todas las materias reciclables, mientras que sus vecinos pasan del tema («Bueno, no serán todos, claro está, pero entre unos cuantos se cargan todo el sistema…que vas a tirar la basura y te encuentras en el contenedor de orgánica plásticos, botellas de cristal y hasta las cajas del Hipercor que dan cuando llevan la compra a una casa ¡y sin plegar ni nada!» …y eso que en Aljaraque tenemos un contenedor amarillo por cada contenedor de los normales  …a veces me da vergüenza ajena y meto la mano en el contenedor, hasta el fondo pa sacar alguna garrafa de agua de 5 litros, que total me da igual que me vean haciéndolo).

Yo, en ese momento, me imagino a mi padre con medio cuerpo metido en el contenedor, rebuscando, con las piernas colgando y la situación me parece inaceptable.  A continuación me acuerdo de alguna vez, que voy de noche por la calle y veo a algún desgraciado removiendo en la basura y de cómo lo miro, cobardemente, de reojo, intentando que su mirada no se cruce con la mía como si de Medusa se tratara y fuera a quedar yo convertido en estatua de piedra, pasando rápido de largo para que la imagen no se grabe en mi lobotomizada conciencia.

Entonces, volviendo a la conversación, le digo: «papá, es que los ricos no reciclan».  Eso es lo que pienso, no entra en el esquema de un rico reciclar.  A un rico, cuando algo ya no le gusta, no le queda bien, se le gasta o hace viejo; lo tira, no lo arregla, no lo lija, no lo pinta, no lo regala (en caso lo «donaría», que es más fino):  LO TIRA.  Un rico no ha visto a su abuela zurciendo calcetines, a su madre guardando el pescado frito para comerlo frio el día siguiente, el rico no ha llevado de pequeño parches en las rodillas o los codos, todo lo más, recuerda el muñequito que tenía bordado en la pechera del polo (de marca).

Yo, en esto del reciclaje, voy por ahí convirtiendo infieles y a poco que cojo confianza con alguien y consigo entrar en su casa, me las arreglo pa colarme hasta la cocina y, ni corto ni perezoso, empiezo a rebuscar en sus cubos de basura y acto seguido, en caso de no ver más de un apartado y descubrir tetrabriks mezclados con pieles de plátano, le echo un sermón al más pintado, que ya no vuelve a hacerlo.  Modestamente he tenido bastante éxito en general, pero cuando se ha tratado de un rico, me ha resultado imposible.  Lo mejor son las excusas que ponen:

– «Es que no tengo sitio para tantos cubos en el lavadero…» ah, pero sí tienes sitio en la repisa del baño para meter cuatro frascos de perfume (francés, a ser posible), dos sprays (del ozono ni hablamos) de desodorante neutro, una crema antiarrugas, un tónico desmaquillante, un gel para el contorno de ojos, una crema efecto lifting intantáneo, diez o doce muestras de otros perfumes y cremas de las que te dan en la perfumería de El Corte Inglés, la base, el fondo, el estuche de colorete, siete barras de rimmel, el perfilador, diez pintalabios, el juego de manicula, laca de uñas de tres o más colores, las pinzas, las limas, las toallitas, los algodones y un juego de pinceles que ya hubiese querido tener el mismísmo Miguel Angel.

– Otra muy buena: «Es que no tengo claro lo que va en cada cubo».  Ah, vale, que sabes distinguir un Pesquera de un Viña Valera pero no un plástico de un cartón.

En fin, no sé si los ricos lloran o no, supongo que como todos, pero lo que es reciclar, reciclan poco.   Por favor, seamos más solidarios.

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NO ES NADA PERSONAL, SON SOLO NEGOCIOS

Por , 25 mayo 2009 11:57

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La saga de EL PADRINO, esa inmensa trilogía que Francis Ford Coppola y Mario Puzo  idearon a partir de la, a mi juicio irregular, novela homónima de éste, nos ha dejado en la memoria, entre otros muchos  momentos de arte sublimes, frases célebres tales como LE HICE UNA OFERTA QUE NO PUDO RECHAZAR o NO ES NADA PERSONAL, SON SOLO NEGOCIOS.

La primera, acuñada por el maquiavélico y sanguinario Michael Corleone, supone que una nueva víctima ha sido extorsionada sin remisión ante la amenaza implacable de la Famiglia.

La segunda, cargada de cinismo en extremo,  sirve para autoaliviar la débil conciencia del gangster que la pronuncia excusando algún hecho reprobable dentro del código mafioso que justifica cualquier maniobra para conseguir imponer la voluntad del clan dentro de la maraña de corrupción, crimen y canivalismo moral en se desenvuelve.

Leyendo la propangada electoral de la candidatura El Compás y El Rosa (no, no es una errata, pero esto lo explicaré en otro post) me llamó bastante la atención una de sus propuestas-promesas: «Búsqueda permanente de nuevos nichos de mercado, en los que se desarrollen otras formas de ejercer la profesión».  la cosa me dejó algo descuadrado, no me encajaba la expresión NICHOS DE MERCADO.  Hasta busqué el diccionario de la R.A.E. el palabro, a ver si tenía una acepción para mí desconocida y el ignorante era yo.  Así, se tiene: 

NICHO (Del it. ant. nicchio).

1. m. Concavidad en el espesor de un muro, para colocar en ella una estatua, un jarrón u otra cosa.

2. m. Concavidad formada para colocar algo; como las construcciones de los cementerios para colocar  los cadáveres.

Por fin, comprobado esto,  deduje que había sido una nueva metedura de pata o incongruencia más que, en el fondo, tampoco me extrañaba tanto viniendo de quien venía.

Sin embargo,  hace unos días ocurrió un hecho que me hizo acordarme de nuevo de lo anterior y replantearme la cuestión:  en un municipio de nuestra provincia, se ha estado desarrollando un concurso de arquitectura y, en la fase final, habían quedado, de entre otras, dos propuestas que el alcalde tenía desde hacía días encima de su mesa dudando y dudando.  la semana pasada parecía que la dicotomía se aclaraba y el regidor local declaró en círculos del Ayuntamiento que se iba a decidir por uno de los anteproyectos y así lo presentaría ante la mesa de contratación.  El rumor llegaba a oidos de nuestro Decano(?) y adalid de la arquitectura onubense y éste, recién revalidada su condición en la colecta de votos del pasado día 15, tuvo como una de sus primeras actuaciones presentarse en el despacho del alcalde (previa cita, claro) presionándolo para que cambiara su intención.  no sabemos qué argumentos tan convincentes se expresaron o si en la conversación se escuchó algo parecido a LE HARÉ UNA OFERTA QUE NO PODRÁ RECHAZAR o NO ES NADA PERSONAL, SON SOLO NEGOCIOS; pero sí es ya conocido que el alcalde cambió de parecer y el resultado es que un proyecto que tenía casi en la mano un arquitecto de Huelva, aún joven, con una cartera de encargos vacía (como tantos de nosotros, dadas las circustancias) terminará engrosando el zurrón de un potentado estudio de arquitectos de Sevilla.

Quizá ahora ya tienen sentido las rosadas promesas: convertir esto en un mercado y mandar a alguién al nicho (figuradamente, claro, que nadie se rasgue las vestiduras, por favor). 

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ROLLO TOMASI

Por , 22 mayo 2009 9:30

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En 1997, Curtis Hanson produjo, escribió y dirigió el film L.A. Confidential, una película de género, que recomiendo encarecidamente, basada en la novela negra homónima de James Ellroy (La Dalia Negra, El Gran Desierto, Réquiem por Brown, Sangre en la Luna, Jazz Blanco…).

El director alcanzó aquí el, hasta ahora, cénit de su carrera (que venía precedida de títulos notables como Malas Influencias, La Mano que Mece la Cuna o Río Salvaje, donde había demostrado sus dotes para manejar personajes oscuros y situaciones de suspense) y que con la que se quedó a las puertas de la gloria de los Oscars (finalmente obtuvo sólo dos estatuillas de entre las nueve a las que aspiraba) arrollada por la marea de Titanic, junto a Mejor Imposible o Full Monty, entre otras.  Luego cayó en una inexplicable decadencia que aún no cesa y de la que espero, por el bien del arte, pueda salir.

Se desarrolla con maestría esta compleja trama de mentiras, intereses creados y corrupción dentro del departamento de policía de Los Ángeles de los años 50:  tres policías del Cuerpo, inicialmente rivales pero con la honradez (más o menos ensuciada por el contaminado ambiente en el que se mueven) como rasgo común, investigan tres delitos, aparentemente inconexos y, poco a poco se ven envueltos en un remolino de mentiras, pruebas manipuladas, testimonios falsos y, en definitiva, corrupción;  que convergen en un mismo agujero negro.

Todo ello con giros espectaculares de guión  (oscar al mejor guión adaptado) y con el diseño de producción cuídadisimo de Jeanune Oppewall y al compás de la perfecta partitura  del maestro Jerry Goldsmith, un elenco de actores secundarios en estado de gracia ( desde Kevin Spacey, James Cromwell, Danny De Vito, David Strathairn… hasta la espectacular  y oscarizada por su papel, ACTRIZ Kim Bassinger) arropan a los entonces casi desconocidos Russell Crowe y Guy Pierce (¡olé por la dirección de casting!!), a lo largo de algo más de horas de suspense a la altura de los más grandes del género.

Con todo, a mí el personaje que más me apasiona de este film es ROLLO TOMASI, sin cara, sin registros y sin actor que lo interprete, pero de una importancia crucial en el desenlace de la trama.  En una escena memorable (una de tantas) los policías Ed Exley y Jack Vincennes (Pierce y Spacey) hablan sobre el caso y se sinceran:

– (Exley) ¿Por qué  te hiciste policía?

– (Vincennes, avergonzado) Ya no me acuerdo. ¿Y tú?

– (Exley) Rollo Tomasi.

A continuación le explica que ese es nombre ficiticio que le puso de pequeño al asesino, nunca capturado, de su padre (también policía).  Aquél era un ladrón de poca monta que, sorprendido in fraganti, asesinó al viejo poli y que siguió cometiendo fechorías toda su vida sin que lo pillaran.  Añade que se hizo policía para coger a los Rollo Tomasi de este mundo, los que siempre escapan, a los que nunca cogen, los que siempre se salen con la suya…

En mi mundo, en el nuestro, en Huelva o, quizá aún más cerca, vive un ROLLO TOMASI.  Nunca lo cogen y siempre se sale con la suya. Es mediocre y actúa entre las sombras, no a la luz, no de frente.

Y esto no sale del guión de una película… ocurre de verdad y cualquier parecido con la realidad, no es pura coincidencia.

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MENSAJE DE BIENVENIDA

Por , 21 mayo 2009 22:46

Comienza aquí esta aventura de hablar en la red de temas que me interesan.  La idea me rondaba ya hacía tiempo pero creo que es ahora cuando por fin me siento suficientemente motivado para ello.

Vaya de antemano mi compromiso de ofrecer datos constatados, eso sí, comentados con total subjetividad y y mi intención de aceptar cualquier comentario, sugerencia o propuesta, pues; ante todo, espero que esta no sea solamente una serie de monólogos sino una base para generar todo tipo de debates que, sin duda, enriquecerán mis vivencias y me formarán un mejor criterio ante los temas tratados.

Bienvenidos.

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¡Hola, mundo!

Por , 18 mayo 2009 18:04

Bienvenidos a mi blog.

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