MOONWALKER
Esta noche, estando con la gente de la Escuela de Idiomas tomando una copa de cierre de curso, Manolo se empeñó en que el DJ cambiara el típico canal de videos musicales que suelen poner en los LCD, para ver en el Canal+ la elección del Draft de la NBA y conocer dónde va a estar Ricky Rubio el año que viene (al final nº5 y a Minnesotta, con lo que todo parece que se va quedar en Europa, al menos de momento). Pues bien, en lo que encontraba el canal, pasó un momento por la CNN americana y vimos con incredulidad (y entendimos, con más incredulidad aún, lo digo por nuestro nivel de inglés…) que Michael Jackson había muerto. Lo cierto es que el tema me dejó tocado y más aún lo estoy desde esta mañana cuando me he despertado con la noticia de la muerte, también, de Farrah Fawcett.
Dos iconos de mi infancia y adolescencia han muerto, prematuramente, en el mismo día. Recuerdo perfectamente cómo jugábamos de pequeños, niños y niñas juntos en la época que Bibiana Aido aún llevaba pañales, a Los Angeles de Charlie, recuerdo el glamur y la frescura que, aun muchos años después y asumiendo la diferencia estilos y de medios con la actualidad, desprendía la serie, recuerdo el programa de fin de año de 1983, cuando aún se hacía en directo (y no era el esperpento grabado que se hace ahora en todos los canales), el estreno del vídeo de Thriller (un cortometraje de terror, humor negro y música dirigido por el cineasta John Landis), recuerdo y he vuelto a ver hoy tropecientas veces (otras tantas las vería con la emoción de entonces) su interpretación de Billie Jean en el programa de TV de la Gala commemorativa de los 25 años de fundación de la Motown, unos meses después a la vuelta de una convalecencia por las quemaduras que sufrió en el incendio que se produjo en escena en un concierto y donde el público lleno de artistas y músicos, compañeros suyos, se pusieron todos en pie, algunos entre lágrimas, aplaudiendo su genio en el escenario; para mí, el momento cumbre de su carrera.
Me da coraje que muchos que se criaron con esta serie o empezaron a vivir su adolescencia con este músico después renegaran de ellos porque «eran ochenteros» y no estaban ya de moda. Yo sigo llevando una versión en CD del Thriller en mi coche (por supuesto aún conservo el vinilo), para mí un disco increible y que tiene 10 temazos de 10. Pero lo que nadie puede negar es que flipamos cada vez que le vimos hacer el Moonwalk o inclinarse 45º sin caerse bailando Smooth Criminal (en lo que parecía un truco de cámara y luego se desveló como un sistema que él mismo ideó de «zapatos mágicos» denominado Methods and Means for Creating Anti Gravity Illusion) .
Yo era más de Kelly Garrett (Jaclyn Smith), pero no dejo de reconocer que me quedaba con las tres actrices de la serie: Farrah Fawcett (en la serie Jill Munroe) quien completaba el trio protagonista junto con Kate Jackson (Sabrina Duncan en la ficción) era algo más que un sex simbol y muy pocos conocen que obtuvo varias nominaciones a los premios Emmy y los Globos de Oro de televisión por diversas interpretaciones. Al final de su vida ha luchado lo indecible, sin éxito, contra la enfermedad.
Independientemente de la superficialidad o contradicciones de sus vidas, sus lados oscuros (algunos oscurísimos) entiendo que sus obras han dejado huella en nuestra cultura y en nuestras vidas. En la mía, ya nada les quitará su hueco.
MAÑANA MÁS