NACIDOS EL 11 DE JULIO

Por , 12 julio 2010 14:05

Nacido_el_4_de_Julio

Trucando el título del memorable film de Oliver Stone (Wall Street, JFK o Nixon), podríamos decir que ayer fue el día en el que los que tantas veces vimos caer incomprensiblemente a la Roja en otras tantas competiciones internacionales, volvimos a nacer, con otro carácter, otra mirada.

La película de Stone obtuvo, a mi juicio, el insuficiente reconocimiento de los Oscars al mejor director y mejor montaje (frente a la lentorra Paseando a Miss Daisy) en el año 1.989, reflejando la historia real de Ron Kovic (la mejor interpretación de Tom Cruise, sin duda), un chico bien americano que se enrola voluntario en el ejército para ir a la guerra de Vietnam y vuelve mutilado e incomprensiblemente despreciado por su participación en esa ominosa guerra, cambiando su punto de vista sobre la sociedad en la que creció.  Stone, junto con la durísima y poética Platoon (1986, oscar a la mejor película) y la intimista e infravalorada El Cielo y la Tierra (1993), presenta su trilogía antibelicista ambientada en Vietnam (donde él mismo sirvió), con una crítica severa e inteligente al sistema, posición donde siempre se movió acertadamente este director y guionista.
El seleccionador, Vicente Del Bosque, a quien ampliamente he criticado en su etapa de entrenador del Madrid, tengo que reconocerlo (eso de poner a Zinedine Zidane por la izquierda, aún no se lo perdono), ha logrado ampliamente también el premio a mejor director y mejor montaje, con este EQUIPO, sin figuras ni egocentrismos, que bien debería hacernos ver lo inútil del individualismo en otras facetas de la vida.
Se cierra el círculo abierto por otros deportistas en diferentes disciplinas (baloncesto, tenis, golf, atletismo, formula 1, motos, etc) y el propio del fútbol que se abrió en la pasada Eurocopa de hace dos años en Austria y Suiza; la selección española ha conseguido, brillante y esforzadamente, el Campeonato Mundial de Fútbol. Enterrando los fantasmas pasados de derrotas incomprensibles, espejismos de soberbia de favoritos, atracos arbitrales, piernas que se encogen al tirar los penaltis o porteros que se transforman en momias ante los mismos o se meten autogoles incomprensibles; por fin, hemos vistos a gente de los nuestros pasear esa magnífica copa, digna escultura que, sin embargo, nadie hace suya más que por cuatro años (pienso que acertadamente, toda una alegoría contra la autocomplacencia del vencedor).
Las luces de la euforia y el ondear de banderas no dejan, de momento, ver las sombras de esta realidad española que no reluce en todas sus facetas. Apenas un rato después de la gran victoria en esta incruenta campaña (a pesar de los esfuerzos por demostrar lo contrario de Van Bommel o del karateka De Jong, bien lo sabe Xabi Alonso) ya estaban las emisoras de derechas criticando la celebración de Puyol y Xavi con la bandera catalana. Esto no pasaría de una anécdota más (Busquets o Villa iban con la bufanda del equipo de su barrio o Ramos, Iniesta y Navas, con recordatorios para sus compañeros Jarque y Puerta, prematuramente desaparecidos). Cada cual lo celebra como quiere y se lo dedica a quien le place. Pero somos así, siempre las dos Españas (ahora 19, por lo visto): Puyol, el hombre (gran profesional y golazo en la semifinal ante Alemania), en un compresible momento de euforia, al final del partido, inocentemente se puso a besarse la camiseta y el escudo; Xavi, que pa` eso es el cerebro del equipo, le da un pescozón virtual y le dice ¿qué haces? Anda, coge la Senyera y déjate de tonterías, nosotros a lo nuestro.  Es verdad, es verdad… qué fallo
El chascarrillo, para mí no más que eso, viene precedido por una gran manifestación en Barcelona contra la sentencia del Constitucional que recorta el Estatut (oficiosamente a favor de la independencia de Cataluña, según el canal de TV que veamos), de donde paradójicamente el President Montilla (su gran adalid político) tuvo que salir por piernas ante el peligro de linchamiento por parte de independentistas incontrolados ¡Qué páis! …( o ¡que estado!…, o nación, ya no sé qué decir). Y todo porque el Tribunal ha hecho su trabajo (despacio, muy despacio, eso sí) frenando la diarrea mental de los políticos catalanes y los enjuagues del Congreso (comercio de votos, que se dice vulgarmente) diciendo que lo de “nación” está muy bien en términos subjetivos, ideológicos o afectivos, pero que jurídicamente, aquí “nación” no hay más que una.
Ya veremos en qué desemboca este debate, cuando hemos tenido los balcones y coches de todas las ciudades llenas de banderas durante estas semanas (¡vaya negocio!, dirán los que las vendieron), por no hablar del montón de paisanos en camiseta roja por todas partes (un poco jartibles, que lo cortés no quita lo valiente y a todo el mundo no le sienta la elástica española como a Torres o Llorente ni vale todo para cualquier sitio u ocasión).  Vemos que cuando se trata de mandar a los nuestros a estas “batallas” deportivas, nos unimos más que nunca. Yo, que de banderas entiendo poco y la española nunca me gustó mucho (demasiado amarillo) contemplo esto con escepticismo.
De todas maneras, mejor estas guerras y no otras. A éstas me apunto siempre. Ya tuvimos nuestro Vietnam, que aún está por ver, como se criticaba en Nacido el 4 de julio, cómo sale Obama de Irak. ¡Hombre! Ya se sabe que un fan hace cualquier cosa por conseguir una foto dedicada de sus ídolos, pero a nosotros la foto de Las Azores, bien cara nos ha salido (a buen entendedor…).
Ojalá, dicho sea de paso, que para cuestiones más trascendentes, pudiese ser tan fácil ponerse de acuerdo (con los matices que fuera) y marcháramos todos a una frente a tanta injusticia y sinrazón.  Para anécdotas me quedo con el pulpo Paul, las lágrimas del cuestionado Iker Casillas y su beso en directo a Sara Carbonero, los saltos de la reina Sofía en el palco, la afonía de Camacho y la mía propia al cantar el gol de Iniesta y la gente en la calle hasta bien entrada la madrugada; y no otras. 

Convendría hacer crecer esto que ha nacido el 11 de julioespana_campeon1

MAÑANA MÁS

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