Posts tagged: Rachel Weisz

AGORA (y III) la película

Por , 25 noviembre 2009 10:36

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Finalmente se estrenó la película y, a juzgar por las estadísticas, muchos hemos sido ya los que la hemos contemplado.  Demostrado queda que Alejandro Amenábar sigue rayando la perfección en cada proyecto. No podía haber nadie más capacitado para llevar a cabo la primera superproducción española y salir vivo del trance. Con una historia poderosa, basada en hechos reales, y un diseño de producción impecable, podemos disfrutar de más de dos horas de cine bien armado, sin un solo resquicio para la flaqueza en lo que se refiere a los aspectos técnicos y artísticos: maravillosa la recreación de Alejandría y su Biblioteca, lamentablemente desaparecida, pisoteada por el fanatismo y la ignorancia. Leer más sobre 'AGORA (y III) la película'»

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ÁGORA (y II)

Por , 15 julio 2009 23:40

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La otra noticia que he deglutido integramente hoy ha sido de la sección de Cultura: la reedición en España del libro Hipatia de Alejandría, de la polaca Maria Dzielska (Ed. Siruela).  Aprovecha así la editorial el tirón de la próxima película de nuestro genio Alejandro Amenábar (Ágora, estreno 9 de octubre) y protagonizada por unas de mis actrices favoritas, como ya sabéis, Rachel Weitz. Leer más sobre 'ÁGORA (y II)'»

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TESSA

Por , 23 junio 2009 10:57

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Hace unos días escuchaba por la radio al doctor Joan Massagué (Premio Príncipe de Asturias 2004) hablando, prudentemente, sobre los avances de sus investigaciones sobre la metástasis del cáncer.  El médico catalán que trabaja, como no, en Nueva York, forma parte del elenco de científicos, la mayoría desconocidos, que dedican su vida a intentar quitar a esa enfermedad el apellido mortal.

Mientras, en estos días, sigue su evolución la gripe, apellidada eufemísticamente, A.  Ésta, que ya no es noticia en los telediarios porque no está resultando mortal en los países desarrollados, sólo en los pobres, y esos no cuentan.  Mientras la enfermedad se extendía, la única preocupación del Gobierno mejicano, país donde arrancó la epidemia, era que no se la llamara gripe mejicana (para que no le jorobaran el tirón del turismo); de los productores de cerdo, que no se le llamara porcina para que la gente no dejara de comer cerdo y Estados Unidos, donde se desarrolló la enfermedad con mayor fuerza inicialmente, que no se le llamara americana, para no asociarla con ellos.  En fin, Poderoso caballero es Don Dinero, así que hemos dejado la A, que parece no molestar a nadie.  Pero el maldito bicho se sigue reproduciendo.

La semana pasada, se publicaba que la empresa farmacéutica suiza Novartis había conseguido elaborar una vacuna efectiva contra la gripe A (por cierto, Dª Trini Jiménez: ¿no servían las vacunas para la gripe convencional que ya teníamos?).  Pues bien, entonces sale la OMS, pidiendo a Novartis que reparta gratuitamente las nuevas vacunas en los países pobres y, claro, la empresa dijo que «por aquí».

Cuando leí El Espía que Surgíó del Frío, de John Le Carré, hace años, recuerdo la terrible atracción que me causó la historia, la sencillez y precisión de la narracción, la personalidad afilada y rotunda de Leamas y el desconcertante final (la novela, claro está, tuvo su adaptación al cine, no muy conseguida, protagonizada por Richard Burton).  Más adelante traté de leer La Casa Rusia y confienso que es uno de los pocos libros que he dejado a medias porque me pareció todo lo contrario: se perdía en interminables descripciones y no pasaba nada, una vez transcurrido casi la mitad de la historia (mejor veamos la película, con Sean Connery y Michelle Pfeiffer). Después vino El Sastre de Panamá, que directamente vi en gran pantalla: una historia bastante más llevadera aunque no exenta de profundidad, con multitud de engaños y giros, dirigida en clave de comedia por el magnífico John Boorman y sacando lo mejor del trio protagonista (el histrionismo de Geoffrey Rush, la seducción y capacidad burlesca de Pierce Brosnan, haciendo del alter ego de su OO7 y la morbosa inocencia de Jamie Lee Curtis).

En El Jardinero Fiel (The Constant Gardener, 2005), el director brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios, A Ciegas) continúa en su línea de cine de denuncia y dirige la adaptación de la novela de este maestro de la intriga y el espionaje:  Un diplomático de segunda fila destinado en Kenya, Justin Quayle,  reconstruye la violenta muerte de su mujer Tessa, una atractiva y comprometida activista de los derechos humanos.
Ralph Fiennes, un actor que me parece que hace bien todo lo que toca (a ver cuando le dan ya el Oscar), desde su criminal nazi de La Lista de Schindler hasta el romántico aventurero de El Paciente Inglés, pasando por el acomplejado profesor concursante de Quiz Show o el asesino en serie de El Dragón Rojo); clava su personaje mientras que Rachel Weisz, quien obtuvo el Oscar por su papel protagonista, pasando la mitad de la película embarazada, con una interpretación llena de tanta dulzura como determinación, le da un magnífico contrapunto y se convierte, aun sin aparecer en pantalla, en el núcleo de esta tela de araña donde se mueve Justin entre otros personajes que la odian porque, a su pesar, la respetan o la envidian.
La película es la historia de una metamorfosis, la de Justin Quayle, el apocado e inofensivo amante de las plantas, quien vive en su invernadero aislado del mundo exterior de hambre y miseria que le rodea; hasta coger la bandera del compromiso que deja su mujer, a quien ama profundamente y respeta en sus convicciones al morir. avanzando en una peligrosa investigación para esclarecer la terrible muerte, con un final lleno de poesía de la crudeza.  También es la historia de los intereses de los gobiernos del primer mundo y las multinacionales en África, de la hipocresía y la corrupción, del cáncer más extendido en el mundo, la avaricia, y su metástasis, el hambre y sus miserias.

Como ejercicio de cine lo tiene todo: un magnífico guión, buenas interpretaciones, la fotografía de colores secos como raídos por el sol africano, momentos de tensión y dramáticos (sin incurrir en la sensiblería), la música maravillosa de nuestro español Alberto Iglesias (doblemente nominado a los Oscars y músico de cabecera de Almodóvar o Médem) y un montaje perfecto en clave de flashbacks. Aun a riesgo de desvelar algo de la trama, me quedo con el final, donde se alternan tomas de niños riendo y saltando entre basuras a cámara lenta con vistas del atardecer en el lago Turkana. Riqueza humana y natural, tan infravaloradas.

NOVARTIS está en su papel, no va a repartir gratis su vacuna, no es una ONG.  La OMS, ridícula, tanto como FAO, UNICEF, UNESCO, ECOSOC, Tribunal Internacional y, definitiva, la ONU (por lo hablar de su Consejo de Seguridad); organismos donde, junto a mucha gente que hace su trabajo y lucha por la solidaridad entre los pueblos, se encuentran sus dirigentes, grandes falsarios y demagogos, títeres y bufones de intereses económicos.  Compren ustedes esas patentes y repártanlas con … sus medios, que ya pagamos nosotros la cuenta.

MAÑANA MÁS

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