TESSA
Hace unos días escuchaba por la radio al doctor Joan Massagué (Premio Príncipe de Asturias 2004) hablando, prudentemente, sobre los avances de sus investigaciones sobre la metástasis del cáncer. El médico catalán que trabaja, como no, en Nueva York, forma parte del elenco de científicos, la mayoría desconocidos, que dedican su vida a intentar quitar a esa enfermedad el apellido mortal.
Mientras, en estos días, sigue su evolución la gripe, apellidada eufemísticamente, A. Ésta, que ya no es noticia en los telediarios porque no está resultando mortal en los países desarrollados, sólo en los pobres, y esos no cuentan. Mientras la enfermedad se extendía, la única preocupación del Gobierno mejicano, país donde arrancó la epidemia, era que no se la llamara gripe mejicana (para que no le jorobaran el tirón del turismo); de los productores de cerdo, que no se le llamara porcina para que la gente no dejara de comer cerdo y Estados Unidos, donde se desarrolló la enfermedad con mayor fuerza inicialmente, que no se le llamara americana, para no asociarla con ellos. En fin, Poderoso caballero es Don Dinero, así que hemos dejado la A, que parece no molestar a nadie. Pero el maldito bicho se sigue reproduciendo.
La semana pasada, se publicaba que la empresa farmacéutica suiza Novartis había conseguido elaborar una vacuna efectiva contra la gripe A (por cierto, Dª Trini Jiménez: ¿no servían las vacunas para la gripe convencional que ya teníamos?). Pues bien, entonces sale la OMS, pidiendo a Novartis que reparta gratuitamente las nuevas vacunas en los países pobres y, claro, la empresa dijo que «por aquí».
Cuando leí El Espía que Surgíó del Frío, de John Le Carré, hace años, recuerdo la terrible atracción que me causó la historia, la sencillez y precisión de la narracción, la personalidad afilada y rotunda de Leamas y el desconcertante final (la novela, claro está, tuvo su adaptación al cine, no muy conseguida, protagonizada por Richard Burton). Más adelante traté de leer La Casa Rusia y confienso que es uno de los pocos libros que he dejado a medias porque me pareció todo lo contrario: se perdía en interminables descripciones y no pasaba nada, una vez transcurrido casi la mitad de la historia (mejor veamos la película, con Sean Connery y Michelle Pfeiffer). Después vino El Sastre de Panamá, que directamente vi en gran pantalla: una historia bastante más llevadera aunque no exenta de profundidad, con multitud de engaños y giros, dirigida en clave de comedia por el magnífico John Boorman y sacando lo mejor del trio protagonista (el histrionismo de Geoffrey Rush, la seducción y capacidad burlesca de Pierce Brosnan, haciendo del alter ego de su OO7 y la morbosa inocencia de Jamie Lee Curtis).
En El Jardinero Fiel (The Constant Gardener, 2005), el director brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios, A Ciegas) continúa en su línea de cine de denuncia y dirige la adaptación de la novela de este maestro de la intriga y el espionaje: Un diplomático de segunda fila destinado en Kenya, Justin Quayle, reconstruye la violenta muerte de su mujer Tessa, una atractiva y comprometida activista de los derechos humanos.
Ralph Fiennes, un actor que me parece que hace bien todo lo que toca (a ver cuando le dan ya el Oscar), desde su criminal nazi de La Lista de Schindler hasta el romántico aventurero de El Paciente Inglés, pasando por el acomplejado profesor concursante de Quiz Show o el asesino en serie de El Dragón Rojo); clava su personaje mientras que Rachel Weisz, quien obtuvo el Oscar por su papel protagonista, pasando la mitad de la película embarazada, con una interpretación llena de tanta dulzura como determinación, le da un magnífico contrapunto y se convierte, aun sin aparecer en pantalla, en el núcleo de esta tela de araña donde se mueve Justin entre otros personajes que la odian porque, a su pesar, la respetan o la envidian.
La película es la historia de una metamorfosis, la de Justin Quayle, el apocado e inofensivo amante de las plantas, quien vive en su invernadero aislado del mundo exterior de hambre y miseria que le rodea; hasta coger la bandera del compromiso que deja su mujer, a quien ama profundamente y respeta en sus convicciones al morir. avanzando en una peligrosa investigación para esclarecer la terrible muerte, con un final lleno de poesía de la crudeza. También es la historia de los intereses de los gobiernos del primer mundo y las multinacionales en África, de la hipocresía y la corrupción, del cáncer más extendido en el mundo, la avaricia, y su metástasis, el hambre y sus miserias.
Como ejercicio de cine lo tiene todo: un magnífico guión, buenas interpretaciones, la fotografía de colores secos como raídos por el sol africano, momentos de tensión y dramáticos (sin incurrir en la sensiblería), la música maravillosa de nuestro español Alberto Iglesias (doblemente nominado a los Oscars y músico de cabecera de Almodóvar o Médem) y un montaje perfecto en clave de flashbacks. Aun a riesgo de desvelar algo de la trama, me quedo con el final, donde se alternan tomas de niños riendo y saltando entre basuras a cámara lenta con vistas del atardecer en el lago Turkana. Riqueza humana y natural, tan infravaloradas.
NOVARTIS está en su papel, no va a repartir gratis su vacuna, no es una ONG. La OMS, ridícula, tanto como FAO, UNICEF, UNESCO, ECOSOC, Tribunal Internacional y, definitiva, la ONU (por lo hablar de su Consejo de Seguridad); organismos donde, junto a mucha gente que hace su trabajo y lucha por la solidaridad entre los pueblos, se encuentran sus dirigentes, grandes falsarios y demagogos, títeres y bufones de intereses económicos. Compren ustedes esas patentes y repártanlas con … sus medios, que ya pagamos nosotros la cuenta.
MAÑANA MÁS
Sr JPG: como usted bien sabe, el concepto de la propiedad tal y como la conocemos hoy en día,no siempre ha sido así; desde el derecho romano, donde se regulaba la propiedad quiritaria como dominio absoluto de su titular, extendiéndose desde el infierno hasta el cielo”, y que se centraba casi exclusivamente en propiedades o fundos inmobiliarios, ha tornado en la sociedad moderna por un derecho de propiedad más extenso, donde no sólo se admiten bienes fungibles inmobiliarios, sino que abarca a un amplio abanico de propiedades denominadas incorporales, como la industrial, intelectual, societaria,…. Todas ellas dotadas de un amplio régimen de garantías y protecciones a sus legítimos patronos, bajo la denominaciones, de patentes, marcas, derechos de autor, copyrights o como les quieran llamar; también, ese dominio absoluto que antaño se diera, se convierte en limitado y nacen figuras que vienen a cercenar los amplias facultades dominicales que antaño se reconocieron : nace así la figura de la expropiación.
Así las cosas, es de suma importancia para las industrias farmacéuticas las patentes, garantías que legitiman a su propietario la explotación exclusiva de un determinado producto, medicamento o la forma de procesarlo; la legislación que regula la materia, que aparentemente debería ser clara, pues se trata de una competencia legislativa exclusiva del Estado, en la praxis no lo es; normativa estatal, comunitaria e internacional, se mezclan en un batiburrillo jurídico que no es fácil de dirigir ; mediante ellas, el titular de una patente farmacéutica se asegura el derecho de explotación por un periodo máximo de 20 años, que generalmente nunca se agota, pues el mismo cuenta desde que se concede, y no desde que se empieza a comercializar, lo que suele ocurrir unos años después, tras haber realizado pruebas, análisis, ensayos y demás; Dichas empresas, encuentran, durante el periodo de protectorado normativo, un vergel de beneficios económicos , sociales, y reconocimiento institucional, que tiene por objeto compensar, entre otras cosas, las grandes cantidades de fondos invertidos en I+D , así como el impulso para continuar en la carrera competencial por la busca de nuevos medicamentos que permitan incrementar los pingües beneficios de los gurús de la farmacopea.
También, el legislador, consciente de los peligros que encierra la explotación mercantilista de productos de primerísima necesidad, como son las medicinas, prevé un sistema, de regulación uniforme para todos los derechos de propiedad , como es la EXPROPIACIÓN de patentes. Mediante dicha institución jurídica, los poderes públicos son capaces de usurpar, eso sí, mediante la correspondiente indemnización o justiprecio, (poderoso caballero es don dinero) las patentes que con tanta perseverancia y lucha habían conseguido registrar. Es tal la desorbitante cifras de ceros que dicha expropiación puede llegar a resultar, y el poder subliminal de las farmacéuticas que, algunos países, entre ellos Brasil, iniciaron la lucha “bandolera” en solitario contra las grandes industrias farmacéuticas, (amparándose en una declaración de la OMC), para producir, o importar genéricos frente al temido de virus del VIH.
En nuestro país, que presume de pertenecer al primer mundo, y que goza de un excelente sistema público sanitario, el problema del suministro y expedición de medicamentos a la población, nos queda verdaderamente lejos, pero sin duda representa un serio rompecabezas para los aquellos otros curiosamente denominados “países en vía de desarrollo” ; en efecto, muchos de estos países , disponen de presupuestos para sanidad que pueden equipararse a lo que algunos Ayuntamientos de la piel de toro llegan a consignar en festejos populares. En estos casos, afecciones que en apariencia son fácilmente tratables, se convierten en críticas pandemias por falta de las medicinas necesarias para el eficaz tratamiento de la enfermedad; y sin embargo , la OMS, UNICEF … o la ONU en definitiva, teniendo medios legales para ello, no expropia, no compra, o no incauta, porque no.
Mucho me temo que este próximo invierno, cuando el virus de la gripe A venga a visitarnos a nuestras casas, todos estaremos preparados, y también los centros de salud, y hospitales,y farmacias, y si me apuran, las televisiones, que no pueden faltar a la cita mediatica.
Sin embargo, en aquellos países del tercer mundo, mucho me temo que la situación será bastante opuesta a la descrita; Frente a esto…..¿saben ustedes que harán los responsables de los Organismos Internacionales en materia de sanidad? Pues………… como el “abuelo” del Iniston………
Este tema me resulta escandaloso, está claro que nadie está dispuesto a resolver la cuestión debido a intereses económicos y se escudan, en un cinismo nauseabundo, en que la solución la tiene «el otro».
La diferencia, al parecer insalvable, entre países, tiene un origen directo, antes silenciado y ahora denunciado en todos los medios de comunicación a raíz del fracaso de la Cumbre de Roma, en la crisis alimentaria originada por la especulación (y no tanto en las malas cosechas, el alza del petróleo, el aumento de la demanda en los países emergentes, de los biocombustibles o del cambio climático).
Ante el desplome del dólar y la crisis de las hipotecas, los inversores han puesto su punto de mira en mercados más seguros y rentables, como las materias primas agrícolas. La bolsa de Chicago, que especula con productos básicos como los cerales, utiliza lo que se denomina «contratos de futuro»: los productores lo utilizan como «un seguro» para colocar la mercancía y los compradores su adquisición a precios bajos, todo esto antes de la cosecha, y mientras tanto se especula como cualquier otro valor en bolsa. Esto repercute directamente en el precio de los alimentos, porque la bolsa siempre quiere obtener beneficios! La gente se muere de hambre, a pesar de que la tierra produce más de lo que necesita (Jean Ziegler, lo define como un auténtico asesinato del que todos somos responsables), y el encarecimiento de los alimentos determina que los países pobres se endeuden o que sus habitantes reduzcan las raciones que necesitan para vivir. Para resolver el problema: sería suficiente el 2% del gasto armamentístico y la tercera parte de la comida que se tira a la basura.
En fin, TODOS unos buitres. No me extraña que las empresas farmacéuticas quieran hacer su «agosto» a expensas del sufrimiento y necesidad humanas, resulta que también quieren enriquecerse con la comida, a base de que el pan sea todo un «lujo» que millones de personas no se puedan permitir.
Si, grave asunto este de que existan personas con más derecho a la vida que otros dependiendo del sitio del planeta donde nazcan.
Pero aún más grave es el tema que trata la película sobre el ensayo de medicamentos en desarrollo en personas del Africa negra. Como si de humanos de 2ª categoría se trataran, se utilizan como conejillos de indias para probar los medicamentos que salvarán a las personas de paises desarrollados, encubriendo así el verdadero motivo, engordar los bolsillos de las farmacéuticas.
En Uganda se utilizó la nevirapina en madres gestantes para estudiar la trasmisión del VIH de madre a feto, aún conociéndose los efectos perjudiciales de este medicamento en las madres.
Y esto es sólo un ejemplo de crímenes contra la humanidad, pero miramos a otro lado, porque no nos interesa, y el silencio nos hace cómplices, parece que admitamos que vale más la vida de ese niño blanquito y sonrosado del primer mundo, que ese que, total, como no conoce otra cosa..
A keiko: ciertamente, el tema de la especulación agrícola me parece aberrante;estos mal llamados «contratos de futuro»(mejor…hipotecas leoninas, ¿no?) ya se daban con cierta uniformidad desde principios del siglo XX,entre países del primer mundo (los grandes consumidores) y aquellos otros en vías de desarrollo (los productores); basta recordar el problema de la caña de azucar cubana como mejor ejemplo de lo que usted nos quiere plantear.
A 3,1416 : afortunadamente es una película, y por el bien de la humanidad, esperemos que estas prácticas sólo las conozcamos y veamos, sentados,a oscuras, y con un paquete de palomitas en la mano. No obstante, 3,1416 abre usted la caja de Pandora : es ética la experimentación humana, aunque sea voluntaria? y la animal? es el coste del progreso?…..
A Keiko, 3´1416 y Mr. Oizo:
Sin duda vuestros comentarios me resultan cada vez más interesantes y estimulantes. Voy a tener que hablar con mi administrador para que os cree secciones propias. Gracias por vuestro interés
a JPGalán : muchas gracias a usted por permitirnos intervenir libremente en un foro de esta naturaleza
A flat eric: desgraciadamente no es una película, es la pura realidad en la que se inspiró John Le Carré para hacer su novela, pero nosotros preferimos verlos desde nuestros enormes culos acomodados desde la butaca de un cine, y cuando acaba la película pensamos, «menos mal que es una pelicula, !que fuerte ! osea!, cenamos en el Lizarran y unas copas al red lion?» y se acabo el problema.
Sobre la experimentación «voluntaria» en humanos: hasta que punto deja de ser voluntaria cuando es el precio q tienes que pagar para vivir o para que tus hijos vivan? en muchos paises, gente se ve obligada a «voluntariamente» vender su cuerpo a la ciencia para sobrevivir, eso es una realidad en la india por ejemplo. ¿Donde acaba la voluntariedad y comienza la extorsión, la manipulación del que no tiene elección?
Nunca estaré de acuerdo en que el precio del progreso sea aplastar a otros.
Sé que vivo en esta sociedad y soy complice de todo esto, cuando le compro a mis hijos juguetes, hechos por niños de su misma edad sin vida, soy complice, pero no quiero mirar a otro lado, quiero ser consciente de lo que pasa, del precio que se paga para que yo viva comodamente, y que mis hijos sean conscientes también, y responsables de su consumo, de su estilo de vida.
Al menos asumamos las responsabilidades que nos corresponden!
A 3,1416:
Desde luego, tu comentario me parece de lo más coherente. Yo estoy de acuerdo contigo. Todos somos culpables, en la parte que nos toca, de que esto suceda. No entiendo a la gente que se encoge de hombros y aduce su poca repercusión personal dentro de este magma global en que nos movemos. Creo que todos podemos hacer algo.
Una integral no es más que una suma de diferenciales, algo grande no es más que la suma de muchas cosas pequeñas.
A 3,1416:
Estoy de acuerdo con todo lo que expones. Muchas veces soy consciente de mi incoherencia, pienso de un modo y luego actúo de otro, cómplice, como tú bien dices, de esta sociedad de consumo. Pero las soluciones a veces son aún peor que el problema en sí. Recuerdo el caso que me relató un miembro activo de una ONG, referente a la lucha que se había mantenido por cerrar una fábrica donde trabajan y vivían niños como exclavos, el resultado del cierre fue escalofriante: acabaron ejerciendo la prostitución. Posiblemente el error estuvo en no plantear una alternativa a las condiciones de pobreza de estos niños y sus familias. La conocida cadena de ropa H&M utiliza mano de obra barata en estas mismas condiciones (de ahí los bajos precios de sus artículos) y las grandes firmas hacen lo mismo: los artículos se fabrican básicamente en china y luego los acabados (incluido el logotipo de la marca) se realizan en Europa. Hay bolsos de firma que pueden costar 2000 euros, cuando su valor real dificilmente supera los 20, sus clientes: ricos con complejos.
Como jpgalan sugiere, todos podemos hacer algo. Aunque yo, a veces, no sé muy bien si he tomado la decisión correcta: Ayer compré leche de una marca conocida, en solidaridad con los ganaderos que protestan por los bajos precios de las marcas blancas con los no pueden competir; sin embargo, tampoco me sentí del todo bien, ya que no estoy de acuerdo con sus medidas de presión asaltando supermercados, tirando los envases de un producto básico que tanta gente necesita. ¿No habría sido mejor regalarla, como hacen otros?
A 3,1416 y JPG: totalmente de acuerdo con vuestras opiniones; no obstante, me gustaría compartiros alguna reflexión. Es cierto , 3,1416, que desgraciamente se han dado en la historia procesos de experimentación humana sin las mínimas garantías de protección y respeto a los derechos humanos fundamentales ; piénsese, por ejemplo, en el holocausto médico del tercer reich(Sr. JPG ,»La Lista de Schindler»); sin embargo, me sorprendería y disgustaría conocer que en la actualidad, dichas aberrantes prácticas siguieran realizándose de manera clandestina; la legislación en este sentido se ha desarrollado extraordinariamente durante la segunda mitad del siglo XX; los tratados internacionales de Nuremberg y Helsinki han venido a plasmar los principios basicos y éticos de la experimentación farmeceútica en humanos, principos que han sido recogido en los ordenamientos jurídicos de la práctica totalidad de los paises integrantes de la ONU; así, se obliga a los agentes científicos a requerir el consentimiento libre y explícito del individuo sometido a experimentación, previo ofrecimiento de una prolija información personal sobre las consecuencias, riesgos, efectos adversos y demás complicaciones potenciales de aquella.
Asunto distinto representa la «Autonomía de las Voluntad»;¿está la voluntad condicionada por las necesidades económicas?, ¿acude libremente un padre de familia en Puntlandia, con 9 hijos, a someterse libremente a pruebas experimentales para el desarrollo de la vacuna del VIH? indudablemente que no, pero eso creo que es harina de otro costal.
Lo que sí es cierto, y apunta de manera oportuna 3,1416, es el rompecabezas de las grandes marcas deportivas, juguetes, moda y demás productos de gran consumo y aceptación, fabricados en determinadas regiones subdesarrolladas. Con la llegada del buen tiempo, apetece realizar deportes al aire libre;es imprescindible, por tanto, proveerse de adecuado material deportivo para la práctica de cualesquiera actividad física que permita sentirnos mejores con uno mismo, y por qué no, de cara a los demás.Es ahora cuando las grandes superficies de productos derportivos hacen su agosto, y se llenan de padres , madres, jovenes, parejitas,… en busca de la bicicleta a buen precio, de la mesa de ping pong para la terraza, de unos palos de golf(aunque no sepas jugar, pero están baratos, ¿verdad?) o de unas mallitas o calcetines a juego con tus zapatos de marca. Recientemente he acudido a uno de estos establecimientos para la adquisición de una pelotita para la playa(hay que dar unos toques de vez en cuando),esférico que llevaba impreso y podía leerse nítidamente a la vera de su costura «made in Malasya»; Sres. JPG y 3,1416, todos sabemos como ha sido fabricado, todos sabemos quienes lo han fabricado, cosido,envuelto y precintado, todos sabemos el salario mísero que han cobrado, todos sabemos cuanto ha costado fabricarlo,comercializarlo y venderlo en el primer mundo, y todos sabemos a donde han llegado los beneficios de la venta del mismo; sin embargo, una coraza nos hace duros, seguimos comprando productos fabricados por niñitos de no más de 10 años, y no hacemos nada por denunciarlo, por boicotearlo,en definitiva, por conciencia…. me avergüenzo de haberla comprado, de haber puesto mi granito de arena en este sistema cruel y abominable, creo que todos nos sentimos así,pero,como en el silencio de los corderos, seguimos en el redil,y no nos salimos del rebaño.
Y mientras, este verano,en la playa,más de una vez ,escucharemos «¡tio, que pelota más chula! ¿te gusta?», «¡es la caña, colega!,seis euritos» «¿sólo seis?¡si no pica!,¿dónde la has comprado?¡mañana me compro una!»
Siento insistir, pero laboratorios como pfizer han tenido que pagar indemnizaciones millonarias por utilizar a niños de Nigeria como cobayas. Y eso es lo que está a la luz, cuanto quedara por conocer?!
a 3,1416 :la experimentación humana existe, de ello no hay duda;la legislación es muy restrictiva al respecto, y posiblemente, al ejemplo que usted se refiere, no se haya desarrollado las prácticas de investigación con las máximas garantías y escrupuloso respeto humano que prevé el ordenamiento jurídico internacional, de ahí la millonaria indemnización ; pero de ahí, a admitir abiertamente genocidios indscriminados por parte de las industrias farmcéuticas , va un trecho; de todas formas, me surge una duda muy interesante …..¿se sabe el destino que se dió a los fondos ingresados por la indemnización?llego directamente a los perjudicados?